Jueves 26 de marzo de 2015
Campaña de Tarapacá
El objetivo político de guerra chileno fue más ambicioso, y ya no sólo se buscó asegurar la soberanía chilena entre los paralelos 23 y 25 Sur.
Después de las victorias obtenidas en la ocupación de Antofagasta y en la campaña marítima, el objetivo político de guerra chileno fue más ambicioso, y ya no sólo se buscó asegurar la soberanía chilena entre los paralelos 23 y 25 Sur, sino que la obtención de compensaciones territoriales favorables.
Particularmente, se decidió conquistar el departamento peruano de Tarapacá.
Este nuevo objetivo impuso al Ejército la necesidad de buscar la destrucción de las fuerzas peruano-bolivianas presentes en Tarapacá, como objetivo estratégico de la campaña que se iniciaría y a la Armada le impuso ejercer el dominio del mar para facilitar los transportes marítimos propios e impedir los del enemigo, de tal manera de aislar a las fuerzas adversarias en el teatro de operaciones.
Para los aliados, el objetivo estratégico pasó a ser solamente el de contener a las fuerzas chilenas, a fin de impedirles alcanzar, a través de una victoria militar en Tarapacá, el objetivo político que el Gobierno se había fijado.
Es decir, de ser ofensores y de entrar en la guerra con la iniciativa político-estratégica, pasaron a ser defensores y a someterse a la voluntad de su enemigo.