Martes 21 de enero de 2014
Expedición del Almirante Manuel Blanco Encalada
El 14 de septiembre de 1837 zarpa la expedición compuesta por 17 transportes y un ejército de 3.200 hombres a Perú.
El Ministro Diego Portales Palazuelos había ideado un plan para lograr evitar el peligro que se cernía sobre el país, si el Mariscal Andrés de Santa Cruz lograba la anexión de Perú a la Confederación, primer paso para hacer lo mismo con Chile.
Para ello dispuso una expedición de un ejército de 3.200 hombres al Perú, para oponerse militarmente al Mariscal Andrés de Santa Cruz, aprovechando que el Perú estaba prácticamente dividido en dos paises. Uno que apoyaba a Santa Cruz y otro que se le oponía.
A tal efecto, el 14 de septiembre de 1837 zarpa la expedición compuesta por 17 transportes: bergantín "Orbegoso", convertido en hospital y el único armado, barcas "Carmen", "Esperanza", "Paguina", "Colcura", "Isabella", y "Pacífico" fragatas "Capitán Zaldivar" y "Margarita", bergantines "Teodoro", "Huemul", "San Antonio", "Salvador", "Dos Hermanos", "Hércules", "Joven Victoria" y "Eleodoro", comandados por el Capitán de Navío Carlos García del Postigo Bulnes y escoltados por la corbeta "Libertad", fragata "Monteagudo", barca "Santa Cruz", corbeta "Valparaíso", bergantín "Arequipeño", y bergantín "Aquiles".
El mando de la expedición recayó en el Almirante Manuel Blanco Encalada.
El plan de Blanco Encalada se basaba en la suposición que en Arica se le uniría el General boliviano López de Quiroga, con quien marcharía a ocupar Arequipa y desde allí unirse con tropas argentinas en guerra contra Santa Cruz y recibir a aquellos bolivianos que se pronunciaran contra él.
Luego de siete días de navegación, se recaló a Arica, donde se esperó inútilmente que llegaran los refuerzos del General boliviano López de Quiroga, quien simpatizaba con la causa en contra de Santa Cruz, y con cuyas fuerzas se contaba para la próxima campaña.
Se eligió Islay como punto de desembarco del ejército, pero por no cumplir con las condiciones necesarias, se siguió a las caletas de Aranta y Quilca. En Quilca se varó la barca "Carmen" debido a una descuidada maniobra de su capitán, un extranjero sobre quien recayeron las sospechas de la intencionalidad del naufragio.
El 4 de octubre de 1837 el desembarco quedó completado y el ejército de dirigió a Arequipa, donde fue recibido con frialdad y un resentimiento antichileno. Los peruanos con los cuales se contaba para engrosar al ejército nunca llegaron.
En Arequipa, Blanco fue objeto de negociaciones con el General Herrera , entonces jefe provisional del Estado Sur peruano, quien en base a dilaciones y engaños, permitió que el Mariscal Santa Cruz reagrupara su ejército y rodeara al ejército de Blanco Encalada.
Cuando éste se dió cuenta de que no tenía alternativa de triunfo, tuvo que pactar su retiro en condiciones inconvenientes para Chile, pero tuvo que hacerlo para salvar su ejército, firmando el Tratado de Paucarpata, el 17 de noviembre de 1837.
El 25 de noviembre, el ejército de Blanco Encalada se reembarcaba y a mediados de diciembre llegaba a Valparaíso. Conocidos los resultados de la expedición y los términos del Tratado de Paucarpata, Blanco Encalada fue sometido a proceso en una Corte Marcial, donde fue absuelto, más considerando los servicios a la Patria, que el cumplimiento de la misión encargada por el gobierno.
El 18 de diciembre el gobierno declaraba nulo el Tratado y anunciaba la reanudación de las hostilidades.