Miércoles 14 de mayo de 2014
El Combate Naval de Abtao - 7 de febrero de 1866
El duelo artillero se prolongó por casi dos horas, intercambiando entre adversarios unos 2.000 tiros, sin resultados decisivos, porque las naves castellanas no se animaron a acortar la distancia, ya que implicaba para ellos un riesgo serio de varar por desconocimiento detallado de la hidrografía de Abtao.
Días antes del Combate Naval de Papudo, el gobierno peruano fue depuesto por los revolucionarios y Mariano Prado asumió la Presidencia.
Prontamente se acordó el envío de su escuadra para unirse a la chilena en Chiloé y esperar allí el arribo de los nuevos blindados "Huáscar" e "Independencia", antes de iniciar operaciones ofensivas contra la flota española.
El 3 de diciembre de 1865, inician la travesía las fragatas "Apurímac" y "Amazonas", y 44 días después las corbetas "Unión" y "América".
En el interín, el recién ascendido Capitán de Navío Juan Williams Rebolledo, con la corbeta "Esmeralda", la goleta "Covadonga" y el vapor "Maipú", habían organizado el Apostadero Naval de Abtao, en Chiloé, en dos ensenadas colindantes a la isla del mismo nombre, ubicada en la ribera norte del canal Chacao.
Para este efecto, se artilló la isla y se contrató al constructor naval Juan Duprat para que montara una maestranza capaz de carenar y reparar las naves de las naciones aliadas.
El 10 y 14 de enero, zarpaban de Valparaíso, las fragatas enemigas "Villa de Madrid", al mando del Comandante Claudio Alvargonzález y la "Blanca", al mando del Comandante Juan B. Topete, en demanda de la escuadra aliada.
Una semana más tarde, el Gobierno dispuso el desplazamiento del vapor "Maipú" hasta Magallanes, a fin de interceptar los transportes hispanos "Odessa" y "Vascongada".
El 4 de febrero, se presentaron para el servicio en Abtao las corbetas "Unión" y "América," muy escasas en carbón y víveres.
Al día siguiente, el Capitán de Navío Juan Williams Rebolledo decidió ir con la "Esmeralda", a Ancud para procurar los elementos logísticos requeridos por las corbetas peruanas, dejando al mando al Jefe de la División Peruana, Capitán de Navío Manuel Villar.
Así las cosas, el 7 de febrero, el vigía del Apostadero anuncia a las 6.30 un buque a la vista que se creyó podría ser la corbeta "Esmeralda"; 90 minutos después, se identifica, sin lugar a dudas, a las fragatas enemigas que con una navegación muy lenta y precavida.
Recién a las 3 de la tarde enfrentaron al Apostadero, quedando los contendientes a la vista.
El tiempo disponible desde el avistamiento inicial fue suficiente y muy bien aprovechado para preparar la fuerza aliada para el combate. Se calentaron máquinas y fondearon las 4 naves en línea de fila estrecha, unidas con espías, de manera de cubrir con sus cañones los dos accesos a la ensenada.
Se completaron las dotaciones vacantes en las dos corbetas recién arribadas, los cañones montados en tierra fueron cubiertos y se estableció una enfermería de campaña.
A las 3.30 de la tarde, la "Apurímac" rompió el fuego, y fue seguida por todas las unidades aliadas a una distancia de alrededor de 1.500 mts.
Durante el combate se le cortó una espía a la corbeta "América". Ante ello, la "Covadonga", al mando de Manuel Thomson Porto Mariño largó la suya a la "Unión" y fue a remolcar a la "América" que se estaba presentando de enfilada al fuego del enemigo.
Pero cortado el remolque, decidió cañonear a la "Blanca", que se creía varada. La "Covadonga" se acercó a 600 metros de su enemiga, cañoneándola por sobre el istmo que forma la isla Abtao y que lleva ahora el nombre de Thomson.
El duelo artillero se prolongó por casi dos horas, intercambiando entre adversarios unos 2.000 tiros, sin resultados decisivos, porque las naves castellanas no se animaron a acortar la distancia, ya que implicaba para ellos un riesgo serio de varar por desconocimiento detallado de la hidrografía de Abtao.
Optaron por retirarse hacia Valparaíso sin haber podido dar cumplimiento a la misión asignada. La fuerza aliada había triunfado en el rechazo de las naves atacantes.